La casa se ocupó con rapidez y para 1923 ya había diez residentes, con varios muchachos en una lista de espera dispuestos a mudarse. Uno de las condiciones de la estancia era el compromiso de dar servicio a una tropa o manada del área. El fuerte impacto de la casa era notorio, sin embargo aún había problemas. Se requería de mayor espacio por lo que en 1924 la Asociación Scout tomó la responsabilidad de manos del Consejo de Administración. Se nombró a un nuevo consejo con "P.B." como presidente. Este nuevo nombramiento le dio una carga adicional por lo que sugirió la asignación de un secretario de tiempo completo. Roy Shapley aceptó el puesto. En mayo de 1925, cuando "P.B." decidió renunciar como Guardián Honorario, Roy se convirtió en el guardián de la casa.

En ese momento se tomó la determinación de crear una capilla en la casa. Esta decisión y sus consecuencias fueron de tal importancia que es necesario un apartado especial para contar la historia.