Los primeros días

Durante los siguientes tres años la casa se utilizó solamente como cuartel general del distrito con P.B. Nevill como Comisionado Residente. P.B. Nevill carecía de los recursos que tuvo Roland y se concretó a vivir como contador público, dedicando la mayor parte del tiempo que tenía libre al escultismo.



Fueron momentos difíciles para el Movimiento debido a que muchos de sus líderes se encontraban en las fuerzas armadas. Pronto los scouts de mayor edad se fueron uniendo a ellos y sus nombres empezaron a aparecer en las listas de caídos en batalla. Durante otros dos agonizantes años la guerra se prolongó hasta noviembre de 1918, cuando los aliados se encontraban ligeramente menos cansados que los alemanes y finalmente salieron victoriosos dando así inicio el descomunal trabajo de reconstrucción. Para el escultismo este fue un trabajo de gran importancia ya que muchos hombres de la generación de Roland habían muerto o habían quedado mutilados en las carnicerías de Francia y Flandes.

En el Este de Londres había mucho trabajo por hacer y era claro que la Casa Roland sería el centro de organización. Durante la guerra, mientras muchos scouters estaban en servcio "P.B." Nevill formó una tropa de entrenamiento con base en la Casa Roland que tenía como objetivo ayudar a los guías de patrulla a mantener activas sus tropas. De esta iniciativa surgió el Clan de Osos que prestó un invaluable servicio durante la Segunda Guerra Mundial.