Quiero ser scout
 
 

Subíamos el elevador de un club en Cavendish. Nos habíamos quedado de ver ahí para despedirnos pues era su último domingo de licencia antes de regresar al frente de guerra. El niño elevadorista que en ese momento leía la Gaceta de abril preguntó al Capitán -¿Y en verdad fue usted, señor?- le dijo señalando uno de los artículos titulado,

 

 

"Cómo atacamos las líneas alemanas." El Capitán Philipps sonrió y le dijo: -Sí, fui yo- -¿Te gustaría ver lo que me dio su Majestad esta semana?- Y de su bolsillo sacó la Cruz Militar. Sorprendido el muchacho exclamó, -¡Quiero ser scout!-.