Las cartas
 
 

Roland también era un gran entusiasta de la comunicación por correspondencia. Cualquiera que haya vivido con él en la Casa Universitaria de Bethnal Green recordará el vasto número de cartas que escribía con tanta frecuencia. Lo mismo sucedía en las trincheras.

 

-No deseo proyectar la imagen de soldado ante el mundo-, escribió cuando le sugerí que sus historias en el frente, publicadas en la Gaceta, debían tener una mayor difusión. -Disfruto mi carrera militar, pero no como Douglas Haig o Michael O'Leary, oficiales carrera, sino como un simple scout que considera una responsabilidad cumplir con el deber encomendado. Al término de la guerra disfrutaré realizar cualquier otro trabajo mucho más que éste-.