Debemos continuar
 
 

"Estimado Roland, si encuentras un momento libre para darme respuesta quisiera consultarte acerca de uno o dos puntos de tus Cartas a un Guía de Patrulla con respecto a las pruebas de segunda clase antes de enviarlas a la imprenta". Dictaba esta carta la mañana del sábado 15 de julio, cuando el teléfono sonó. Un empleado abrió la puerta y dijo -Una llamada del Capitán Philipps- Mi corazón se desplomó al momento de llevarme el auricular al oído. -¿Será cierto?- -Hemos recibido un telegrama de la Oficina de Guerra. Roland murió en batalla el día 7- dijo la voz de alguien que yo sabía era uno de sus más cercanos amigos en Londres y añadió, -pero debemos seguir con los scouts, ¿o no?. Debemos continuar-

 




-No hay necesidad de terminar la carta- Dije a mi secretaria. -Ha muerto, puede retirarse-. Me senté pensativo con el auricular aún en la mano. Esto es lo siempre temimos podría suceder, y así fue; de repente pareció como si una obscura nube cubriera el sol de ese soleado día de verano.

Roland había muerto. Me recliné en la silla y cerré los ojos por un momento.

 
"Fotografía de Roland Philipps al frente de una de sus tropas"
 
 

Por mi mente pasaron algunas escenas de los últimos años y recordé que había sido su deseo que yo escribiera sus memorias en la Gaceta. Probablemente sólo escriba algunos pasajes de su vida en lugar de redactar una biografía formal, sin embargo, desearía que algún scout más competente pudiera hacer esto. Muchos de mis lectores recordarán la hermosa biografía de Anthony Slingsby escrita por su amigo Roland Philipps y publicada el pasado mes de agosto en la Gaceta. Que feliz me haría tener a Anthony a mi lado y poder pedirle que escribiera la vida de Roland.