ESPÍRITU AZUL
Suplemento informativo de la página de
Internet del Grupo VII de Scouts de México
Septiembre
de 2001 Año 2 No. 20
Si
no puedes ver las imágenes de este boletín haz clic AQUÍ
Editorial
Felicitamos a Raúl Delgado y a su esposa Brenda López por el nacimiento de su hijo Carlos Raúl
Delgado López
El Grupo
VII formó parte de la fracción disidente que se separó de la Asociación de
Scouts de México después de la V Jamboree Mundial celebrada en Vogelenzang, Holanda en el año de 1937 e inicia una etapa hasta ese entonces desconocida
en el escultismo mexicano.
Por Iván Guerra Leer
Página de Internet
Si te perdiste el boletín del mes pasado, no puedes ver las imágenes de este o buscas un número anterior recuerda que están en la página, en la sección Boletines.
Galería del mes. Agregamos estas 12 fotografías a nuestro álbum.
Cronograma. En1947 ...a cargo del “formidable paladín de la literatura scout” César Macazaga Ordoño, scout del Grupo VII de México...
Desfile del 20 de noviembre de 1941
Poco tiempo después de la unificación
De izquierda a derecha: Enrique Ruíz
(Grupo III de México), por la pañoleta parece ser otro scout del III, Francisco
Corona del Grupo XIII de México, Pablo Rovalo (Grupo I de México), un
desconocido, José Manuel Silva Olea "el Metabólico Chiflas" (Patrulla
Rinocerontes del Grupo VII de México) y otro desconocido.
Ligas
www.bbc.com La BBC de Inglaterra con
noticias en múltiples idiomas
www.avantgo.com Información móvil
http://habitantes.elsitio.com/g1mex/ Página
el Grupo I de México
Después de los
intentos fallidos en los estados de Yucatán que se remontan al año de 1914, así
como las iniciativas en los estados de Hidalgo y Zacatecas y una más en
Veracruz en 1917, finalmente el 26 de agosto de 1926 Don Andrés Gómez Oreján
logra consolidar la Asociación de Exploradores Nacionales de la República
Mexicana en el puerto de Veracruz.
Tiempo después, el 1 de noviembre de 1931 en el Colegio Franco Inglés y
con la venia del Arzobispo de México Pascual Díaz el R. P. Xavier Escontría, de
nacionalidad belga, entrega la promesa a los alumnos de los colegios maristas y
lasallistas que integraron los primeros seis grupos de los Exploradores
Católicos Mexicanos, mismos que el 9 de mayo de 1932 se fusionan con la asociación
dirigida por Gómez Oreján y fundan la Asociación de Scouts de
México. Los colegios maristas y
lasallistas fueron quienes inicialmente impulsaron a estos grupos que se
conformaban por padres, hermanos y capellanes de estas congregaciones, junto
con alumnos y profesores de los planteles.
Las patrullas, algunas muy numerosas, estaban conjuntadas por muchachos
del mismo plantel, en ocasiones compañeros de banca que entendían el escultismo
como un complemento académico, donde el Sistema de Patrulla creado por Roland
Philipps no se conocía, no se consideraba importante o simplemente no era
interpretado de la manera correcta.
Durante la temporada vacacional las clases y las actividades scouts se
suspendían, reanudándose de nueva cuenta con el regreso a la escuela. No existía un concepto bien definido de la
filosofía scout y debido a esto los grupos literalmente representaban una elite
a la cual sólo podían acceder aquellos muchachos que estudiaban en colegios
privados católicos. Las excursiones en
general eran de tropa y la patrulla scout no era el núcleo primigenio y
primordial del movimiento; “las actividades eran muy suavecitas y el escultismo
era muy corriente, de muy mala calidad” según relata nuestro fundador Mario
Alfonso de la Parra. La instrucción y
la disciplina aplicadas reflejaban el modelo escolar de ese entonces, un tanto
afrancesado, el guía de patrulla tenía poca iniciativa y toda la
responsabilidad recaía en el “maestrescout”, en pocas palabras, el escultismo
en México estaba en pañales.
En el año de
1935, el entonces jefe scout nacional, ingeniero Jorge Núñez Prida, quien a su
vez era jefe de la mayoría de los grupos scouts de la capital, en un esfuerzo
de “igualdad social”, organiza una tropa formada únicamente por obreros de la
conocida fábrica “Corcho y Lata” de la Coca Cola con él como jefe de grupo y
Rafael Ulibarri Ucha como primer jefe de tropa y quien ese mismo año iniciara el
primer clan de rovers en el Grupo III de México con la participación de Fermín
Reygadas, Juan Lainé Jr., Enrique Parras, Beremundo Ruidíaz y Charles B.
Robson. Nace entonces la primer tropa scout sin nexo alguno con escuela o
congregación religiosa. En un acto
público el domingo 29 de abril de 1936 la tropa del VII toma su promesa en el
Parque de la Lama, lugar donde actualmente se ubica el World Trade Center de la
Ciudad de México. En ese entonces sólo
existían dos patrullas, la Garzas comandada por Guadalupe Garza y la Jaguares
con Mateo Estrada como guía, ambos obreros de la fábrica de “Corcho y Lata”.
En el año de
1937, como premio a su desempeño laboral, la Coca Cola subvenciona los gastos
del scout Guadalupe Garza para asistir a dos eventos scouts
internacionales. También instala una
hielera con refrescos en el techo del camión comprado ex profeso para este
viaje y arregla que sus subsidiarias los provean del vital líquido durante toda
la ruta, de igual forma, un encargado de la filial local en los lugares de
acampado es el responsable de apaciguar la sed de los muchachos cada tercer
día. En esta aventura nuestro hermano
scout participó como sub guía de la Patrulla Pumas junto con otros 22 scouts
que iban acompañados del jefe scout nacional Jorge Núñez Prida, el maestrescout
de grupo Paul Loewe, Fermín Reygadas, el capellán Alfonso Espino, un ayudante y
un tesorero. El primer destino del
contingente mexicano fue la ciudad de Washington D. C. donde se llevó a cabo la
primer Jamboree Nacional de los Boy Scouts of America. Los scouts acamparon en la explanada
circundante al obelisco de esta ciudad y el evento fue inaugurado por el
presidente Franklin D. Roosevelt.
Después de diez días de actividades se dirigen a Nueva York y ahí se
embarcan, con todo y camión, en el Aquitana
con destino a Southampton donde a su arribo coincidentalmente llegan
escoltados por los acorazados, portaaviones y buques de guerra de la escuadra
británica del Mediterráneo. En el Reino
Unido acampan en Gilwell Park y posteriormente abordan un trasbordador que los
lleva a territorio holandés. El 31 de
julio de 1937 Lord Baden Powell of Gilwell y la Reina Guillermina presiden la
ceremonia de inauguración de la V Jamboree Mundial en Vogelenzang, Holanda. En esta quinta
reunión mundial Guadalupe Garza, uno de los dos primeros guías de patrulla del
Grupo VII, tiene la fortuna de conocer al Jefe Scout Mundial en persona y presencia
la ceremonia donde B-P es condecorado con el primer Berrendo de Plata. El campamento se clausura el 9 de agosto.
Esta historia continúa.
Durante la
estancia de la delegación mexicana en Europa se gesta lo que
posteriormente se conocería como “el cisma de la asociación”. Una de las versiones cuenta que un faltante
de dinero “invertido” sin autorización alguna por Fermín Reygadas y Juan
Sánchez Renero en un baño de agua caliente en la ciudad de Florencia encendiera
la escrupulosidad del ingeniero Núñez; pero ahí no había iniciado el conflicto,
el licenciado Raz Guzmán se había insubordinado al comandar a un grupo de
scouts mexicanos no autorizados a la Jamboree americana. Núñez era estricto y en ocasiones
intransigente de tal manera que el conflicto deriva en revuelta. También existe la versión libre del escritor
Jorge Ibargüengoitia, en su cuento “Falta de Espíritu Scout”, muy a su estilo,
claro está: “La revolución había estallado porque el jefe de la delegación
mexicana, el ingeniero Don Jorge Nóñez (sic.) había llevado un colchón
neumático, que los scouts tenían que inflar cada noche”.
A su llegada a
tierras mexicanas la rebelión se materializa con la integración del grupo II de
Ángel Calvo y Julio Sánchez, el VIII (8) de Pablo Emilio Madero y el VII de
Rafael Ulibarri y Mario Alfonso de la Parra Sarralde en la Asociación
Escultista Mexicana encabezada por el ingeniero Emilio Raz Guzmán, extraordinario
alpinista y quien contaba con mayores y mejores conocimientos técnicos de la
vida en el campo que los profesores o “maestrescouts” de las escuelas
católicas. A pesar de que los orígenes del
Grupo VII se remontan al año de 1935, el
espíritu indomable y aguerrido del Grupo VII nace a raíz del “cisma del
37”, por lo que cabe mencionar que somos producto de una disidencia que nos ha
estigmatizado de por vida.
En 1938, después
de poco más de tres años de haber iniciado el experimento, y con tan sólo unos
diez obreros de la fábrica “Corcho y Lata”, Rafael Ulibarri organiza el Clan
Hernán Cortés del Grupo VII y deja en manos de Mario Alfonso este grupo de
trabajadores iniciando así una etapa de transición que marcaría un hito en el
escultismo mexicano. Mario Alfonso, segundo jefe de tropa, considera que esta iniciativa
social tampoco era la manera de hacer escultismo puesto que volvía a retomar la
idea de reducir su práctica a un nicho muy particular de jóvenes, si es que
algunos de los obreros, hombres en todo el sentido de la palabra, se les
pudiese considerar jóvenes. Uno de
tantos misterios de esta época está inscrito en el
álbum histórico y fotográfico del Grupo I donde se relata que durante esta
separación surgió otro Grupo VII que aparentemente tuvo una fugaz existencia;
uno más y que podemos relacionar con la Coca Cola es la pañoleta roja
que poco tiempo después Mario Alfonso substituiría por un pañuelo cuadrado azul
marino. A la par de la adopción de la
nueva pañoleta Mario Alfonso instrumenta el verdadero Sistema de
Patrulla, rompe con los sistemas afrancesados de colegio y marca un parte aguas
al integrar a su tropa jóvenes provenientes de la sociedad civil. La escisión después de todo rendiría sus beneficios.
Este era un grupo
reducido, pero con un espíritu innovador.
En el año de 1938 Enrique de la Parra (hermano de Mario Alfonso) junto
con César Macazaga y Guillermo Pérez Olagaray fundan la Patrulla Búhos, en la
cual Germán Olagaray funge como sub guía de patrulla por un tiempo y después,
por órdenes de Mario Alfonso el 7 de julio de 1939 da vida a la indestructible
Patrulla Rinocerontes. Rodrigo Zajam
Rincón-Gallardo y Emilio Gómez-Varela scouts de Germán se desprenden en 1940 y
fundan la Patrulla Halcones. Este grupo
de jóvenes practica escultismo real, de tal suerte que sus feroces actividades
al aire libre hacen que más de uno determine que esto no es lo que le habían
platicado en la escuela y abandone el barco.
Inician los campamentos volantes a campo traviesa, las actividades de patrulla
y se practican los nudos, amarres y tejidos en construcciones aéreas que
algunos scouts “reconocidos por Londres” sólo conocían colgados en marcos de
exposición que decoraban sus locales escolares.
En el año de 1941
Alfredo Limantour sucesor de Jorge Núñez como jefe scout nacional logra la
unificación de estas dos asociaciones que oficializa durante el Campamento
Nacional de Bosencheve conocido como “El Campamento de la Reconciliación”. En esa ocasión el Grupo VII, ya consolidado
con tres patrullas y con Ángel Mendoza, “Ticuz” como jefe de tropa, da clases
de escultismo a todos los asistentes, por no decir otra cosa, y la Patrulla
Rinocerontes dirigida por Germán Olagaray gana el primer lugar en
campismo. En el campamento nacional de
1942 celebrado en el Valle del Teponaxtle se repite la historia sólo que en
esta ocasión la Patrulla Halcones gana el campamento.
Para 1943 y a la par de la constitución de
la Asociación de Scouts de México como asociación civil Luis Cuevas Muñoz-Cano, “Cocoliso” es nombrado cuarto jefe de
topa. Ese mismo año colapsa el
Grupo V (quinto) del Colegio Cristóbal Colón y Armando Ríos Pruneda con su
patrulla completa, por azares del destino caen en el seno del Grupo VII y el 14
de marzo fundan la Patrulla Tigres. Por
su parte, el 29 de febrero de 1944 a
las 8:12 p.m. Manuel Mendoza, Ángel Mateos y los hermanos Guillermo y Rafael
Rosas Escobedo celebran la primer junta de la Patrulla Cóndores. Cinco patrullas que hasta el día de
hoy guardan la tradición esculta más pura y recogen los frutos de la semilla
del verdadero escultismo que plantó Mario Alfonso de la Parra en la Tropa
Roland Philipps del Grupo VII de Scouts de México. Aquí sus palabras:
“En
México necesitamos muchísimo líderes.
Una de las faltas serias que padece nuestro país es la falta de jefes en
todos los ramos, en todos los rangos.
Los grupos scouts tienen que formar jefes. Tienen que exigirse a ustedes
mismos mucho más de lo que se están exigiendo.
No se trata de crear personas del montón sino se trata de crear personas
que sobresalgan por su calidad, por su fuerza, por su liderazgo. México los necesita”.
Este es el principio de la historia, después
han sucedido muchas cosas más.
Iván Guerra Villasana R.S.
Rinoceronte
Septiembre de 2001
Breve
reseña bibliográfica: diversos números de la revista Escultismo, órgano oficial
de la Asociación de Scouts de México de los años 1936 a 1947; Boy Scouts of
America Handbook; libro La Aventura Holandesa del 37 de Arturo Reyes Fragoso;
álbum fotográfico e histórico del Grupo I de México; varios números de la
revista “Siete Azul”, voz y pensamiento del Grupo VII; acta original de la
Patrulla Cóndores del año de 1944; cuento Falta de Espíritu Scout de Jorge
Ibargüengoitia.
Entrevistas:
una entrevista a Adolfo Desentis grabada en el 2001; tres entrevistas a Mario
Alfonso de la Parra grabadas en los años de 1987, 2000 y 2001; dos entrevistas
a Germán Olagaray grabadas en los años de 1984 y 1987 y un video de 1999.