Todo
eso es Pontesbluhe, el país donde los poetas comen. Lo que quizás
nunca les dije, es donde esta ubicado este reino de la nobleza y la
imaginación. Hoy les revelo el secreto. Ya es tiempo. Toma nota:
Pontesblueh está situado en el corazón y el cerebro de
los seres inteligentes. A los idiotas, a los miserables, a los egoístas,
no se les expide visa.
Pontesbluhe
no es invento de nadie; es descubrimiento. Como América cuando
Colón llega, ya estaba ahí. La historia de su descubrimiento
es la siguiente. En largas conversaciones entre Manuel Felguerez, Jorge
Ibargüengoitia, Alfredo Saavedra y un servidor, especulamos sobre
la posibilidad de adquirir un terreno, entonces muy barato, en las costas
de Oaxaca y fundar una colonia para escritores, poetas, pintores, escultores,
grabadores, etc. Lo que se empezaba a hacer en San Miguel de Allende.
Una utopía, por supuesto. Se sostendría con cursos de
verano, con la venta de las obras de arte, con los derechos de autor
y la venta de libros. Pero a los 20 años y sin un centavo, la
tarea era monumental. Manuel se fue a Europa, Alfredo no sé que
le pasó, Jorge era imposible y yo tenía otros intereses
y otras necesidades.
Algún
tiempo después, Roberto Villaseñor, Guido Letechipía,
Enrique Jolly, Alberto Saavedra, Douglas Dugelby, Ángel Mateos,
a veces Alberto Thompson, Lorenzo García Muñoz, Gerardo
Desvinges, y un servidor nos reuníamos los sábados (me
parece) en un restaurante en la calle de Tamaulipas, llamado Sep's.
En una afortunada ocasión, me dejaron esperando y para matar
el ocio, empecé a especular sobre cual sería la estructura
de una Utopía: "El País donde los poetas comen".
En unas servilletas de papel garrapatee unas notas, hice algunos dibujos
y cuando Roberto llegó, se los mostré. Se encendió
enseguida y empezó a elaborar detalles
Un actor amigo nuestro
nos había hablado de su sueño de comprar una casa antigua
en el bosque de Fontainebleau cerca de París. Roberto se acordó
y lo convirtió en Pontesblue, con H intermedia. Llegó
Guido y rápidamente reclamó la ciudadanía y se
sumo a la tarea de añadir detalles al sueño. Se listaron
los platillos nacionales, se dictaron leyes, se redactó una constitución,
compusimos el himno. (Letra mía y música adaptada por
Roberto y su guitarra) La ubicación física del país
quedó nebulosa y se decidió que todo sucedería
en la embajada, con un gobierno en el exilio. Era la mera época
y la oportunidad de malorear a Lorenzo y la embajada del gobierno en
el exilio de la republica. Se dieron títulos nobiliarios, de
los cuales recuerdo a Roberto, indiscutido como embajador. (¡Cómo
lo disfruto!) Fui nombrado Jefe del Partido Conspirador. Víctor
Becerra presidente de la Real Academia de la Lengua. Douglas, almirante
de la Flota, Alberto Saavedra, Gran Maestro Albañil del Reino.
Germán ex primer ministro y anarquista oficial. Gran Chef Ángel
Mateos, pintor de la casa real Guido, Escultor y Monero oficial, Enrique
Jolly.
No
recuerdo otros por el momento. La idea era divertida, con un gran fondo
poético y filosófico. Prendió el entusiasmo y se
puso en marcha lo que hoy tiene más o menos cincuenta años.
Muchos, aun que no lo confiesen, se han proyectado en la querida utopía.
Ahora bien, lo que es innegable, es que Roberto, Guido y un servidor,
fuimos los tres calaveras (no las tres carabelas) que navegando por
los procelosos mares de la imaginación descubrimos Pohntesblue.
Roberto conservó las valiosas servilletas por muchos años.
Equivalen al acta de independencia.
Las
reglas para la supervivencia del reino, son las siguientes: no tiene
territorio y así, no puede ser invadido. La autoridad es S.M.
Artemagnus VII (creación de Guido), pero no la ejerce más
que en las fiestas de la embajada. Su ejército es nominal, nunca
derrotado porque nunca entró en combate. Su flota estaba en Xochimilco.

Embajador
Plenipotenciario del Reino Unido de Pontesbleu
Roberto Villaseñor Magaña R.S.
"El Viejo"
Pontesbleu del año de 1958
Pontesblueh
es una fantasía, es una aventura de la imaginación. Es
el país donde los poetas comen. Es al mismo tiempo una discreta
burla y un respetuoso homenaje al que tiene el valor de soñar.
Hay una maliciosa sonrisa, una poesía que nos conquistó
entonces a nosotros y conquista ahora a nuestros sucesores. Phontesblue,
es un sueño que les regalamos para que jueguen con él.