ESPÍRITU AZUL

Suplemento informativo de la página de Internet del Grupo VII de Scouts de México

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Julio/ Agosto 2002                                                                                                                                     Año 3  No. 29

 


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Editorial

Al pasar por una situación difícil el Grupo VII ha cambiado tres de sus jefaturas, para afrontar los retos con espíritu renovado que hará que nuestro querido Grupo perdure. En la mañana del domingo 4 de agosto el R. S. Iván Guerra Villasana tomó la Jefatura de Grupo, el R. S. Raúl Delgado Aranda la Jefatura de Clan y el R. S. Gustavo González D’Asseo  la Jefatura de Tropa. Enhorabuena y les deseamos lo mejor. Asimismo agradecemos al R. S. Gerardo Gutiérrez Nava y al R. S. Jaime Torres su esfuerzo y el servicio que prestaron al Grupo.

 

 

PARA SER SCOUT”

Homenaje a César Macazaga Ordoño

 

Hace 57 años un adolescente de 19 años publica "Para Ser Scout", años después, de su propia autoría nace un clásico de la literatura scout: Manual del Scout. Todos aquellos que recibimos de una u otra forma este legado siempre nos preguntamos, y.. después de todo... ¿quién es César Macazaga?...

Fecha: Sábado 28 de septiembre de 2002
Lugar: Centro Universitario México

                                    Ubicación: Nicolás San Juan 728, esquina Concepción Béistegui, Colonia del Valle,

     México, D. F. 03100. (Entrada al estacionamiento por Nicolás San Juan) ver croquis
    
Hora: 6:30 PM

 

Bienvenido a la aldea de los hombres

 Los lobatos crecemos siguiendo y admirando  a nuestros jefes y a los miembros de las dos ramas superiores, queriendo ser como ellos. Hasta que por fin llega el día en que Akela o el jefe con el que más te identificas se acerca y te cuestiona sobre qué patrulla te llama más la atención.  Es entonces cuando la curiosidad sobre la tropa comienza a crecer.

Son scouts al igual que tú, pero aunque sabes  que serían “incapaces” de hacerte daño, algunos son tan gigantes que aterrorizan. Otros tienen un carácter  pesado y cada vez que te saludan oprimen tu mano con tal fuerza que te ponen a bailar del dolor. ...

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Página de Internet

Comenzamos con la reestructuración de nuestras Galerías de forma que ahora será realmente sencillo navegar por nuestro archivo fotográfico. Empezamos con 16 galerías de la sección prehistoria, pero pronto podrás ver las galerías de tiempos modernos con este nuevo formato.

 Cronograma.   En 1954 Nace la revista Siete Azul "voz y pensamiento del Grupo VII".  En esta primera etapa...

 


Bienvenido a la aldea de los hombres.

Los lobatos crecemos siguiendo y admirando  a nuestros jefes y a los miembros de las dos ramas superiores, queriendo ser como ellos. Hasta que por fin llega el día en que Akela o el jefe con el que más te identificas se acerca y te cuestiona sobre qué patrulla te llama más la atención.  Es entonces cuando la curiosidad sobre la tropa comienza a crecer.

Son scouts al igual que tú, pero aunque sabes  que serían “incapaces” de hacerte daño, algunos son tan gigantes que aterrorizan. Otros tienen un carácter  pesado y cada vez que te saludan oprimen tu mano con tal fuerza que te ponen a bailar del dolor. Están también aquellos a quienes en tu vida has saludado, dos o tres que identificas enseguida por su apodo, y claro nunca falta el guía que te quiere jalar a su patrulla y te hace la barba invitándote un refresco o unos pingüinos después de junta.

Quizás muchos troperos no lo sepan, o se dejan contagiar por esa inexplicable iniciativa de fregar al prójimo, pero en el momento que un lobato comienza a definir la patrulla en la que desea estar; una muestra de cariño o un poco de atención son determinantes para que el niño tome una decisión.

Por fin llega el día y aunque a muchos lobatos no les gusta la idea de dar el siguiente paso,  la mayoría sentimos necesidad y muchas ganas de ser parte de una patrulla. Siendo tropero no tienes que pedir permiso para bajarte de la banqueta ni acercarte a una fogata,  es responsabilidad tuya si lo haces.  Claro que te conviertes en el chalán que va por la leña y el agua, pero  te puedes comprar unas papitas sin la obligación de compartirlas con todos. Aunque en la tropa (cuando aún no te has dado a conocer) siempre hay abusos y la bolsa de papitas termina siendo poco más que unas migajas.

Comienzas a darte cuenta de una forma más apegada a la realidad como funcionan las cosas, ahora sólo en raras ocasiones hay alguien que te defienda o conteste por ti, nadie  cargará tu mochila. Tienes que ser inteligente para ser aceptado por todos los miembros de la tropa o por lo menos por aquellos que te interesan.

Uno de los momentos más importantes de la vida scout es cuando se te entregan las cintas de patrulla, es entonces cuando te conviertes completamente en uno de ellos. Es un sello que jamás se borra, conozco scouts que tienen hijos  e incluso nietos en la tropa y siguen discutiendo y defendiendo sobre todas las cosas a su patrulla. En fin, al pasar todas esas aventuras se presentan tantas situaciones y problemas, que cada patrulla va tomando o resolviendo de manera diferente. Esto va creando un estilo, una forma de ser tan particular que después de unos años hay gente del grupo o muy cercana a él, que platicando contigo pueden adivinar con facilidad de que patrulla formas parte.

Es una etapa excelente, por lo menos para mí lo fue. Ahora después de haber pasado por las tres ramas y haber vivido muchísimas noches en el bosque, las que mejor recuerdo son las que viví recién entrado en la tropa. Mi primer campamento de patrulla, todos desnudos en el río haciendo canales con trozos de corteza para hacer competencias de hojas flotantes.  La última vez que se intentó construir la torre de Babel, para variar era la noche perfecta para hacerle honor a la letra de la canción que todos conocemos, recuerdo que teníamos tres líneas amarradas a la punta del tripié listo para ser levantado cuando las cosas se pusieron críticas, una línea se rompió y se safó un tronco con el que estábamos haciendo palanca dándole directamente en el cráneo a Gabriel Gutiérrez “el Plug”. El campamento donde se me entregó la promesa, en el Nevado de Toluca y había tanta nieve que los más chicos nos hundíamos casi hasta la cintura.

Me gustaría que reflexionaran un poco y recordaran la promesa de patrulla, analicen sus palabras y acuérdense de lo que juraron. Activos e inactivos apoyen a su patrulla. Recuerden que maravillosa época, la transición que existe cuando un lobato entra a la tropa, las cosas que experimenta un muchacho de once o doce años y hagan lo posible por darle esa oportunidad a todos los niños que ahora la están esperando.

Yo prometo por mi honor

obedecerte como jefe

quererte como hermano mayor

ser fiel a mi patrulla

y no desanimarme jamás.

 

R. S. Gustavo González D’Asseo